1984
NO me esperaba que este clásico entre los clásicos fuera tan demoledor. Tan inesperado. Tampoco me esperaba el nivel superlativo de Orwell. Otra novela que he decidido leer en inglés y que demuestra dos cosas: el genio que era Orwell como escritor y lo complejo que puede ser el inglés cuando está tan bien escrito.
No sé si estoy de acuerdo con lo que había leído acerca de 1984 al respecto de lo «moderna que es y lo aplicable a nuestra sociedad actual», la verdad. La distopía que describe está alejada de la nuestra realidad. La invención de un «Gran Hermano» que todo lo ve y controla está más del lado del imaginario colectivo que de la posibilidad. La unilateralidad, contundencia, estructuración y alineación con la que describe Orwell al «Partido» hoy en día está absolutamente fraccionada, (quizás sea la principal diferencia) y con intereses alejados de ese interés común hacia donde obligan en la novela a caminar a todo el mundo.
Sí estoy de acuerdo, en cambio, con uno de los lemas que aparecen en el libro: «El que controla el pasado, controla el futuro. El que controla el presente, controla también el pasado». A pesar de lo inalterable del pasado, somos expertos en cambiar relatos, sucesos y ganadores/perdedores y con eso modificar la percepción del pasado en el presente y por ende controlar el futuro hacia donde nos interese. En esto sí es absolutamente premonitorio el libro, escrito entre 1947 y 1948. Se adelantó al poder de la manipulación de las masas a través de la información, los medios y la tecnología.
Pero lo que más me ha gustado, y no pretendo (nunca lo hago) arruinar la lectura a los que no lo habéis hecho todavía, es que, como en la vida misma, al final no tienen por qué ganar los buenos. El quid está en quién consideres que son los buenos y quiénes los malos, claro.